PSICOONCOLOGÍA
El cáncer continúa siendo una enfermedad con una elevada tasa de prevalencia, incidencia y mortalidad a nivel mundial. El diagnóstico de cáncer afecta no solamente a los pacientes, sino también a su familia y entorno más cercano. Es frecuente que aparezcan diferentes alteraciones, como un mayor malestar emocional y una peor calidad de vida.
Es cierto que la persona con cáncer y sus familiares están abocadas a largos tratamientos que se acompañan de cambios vitales, y han de hacer frente a importantes y múltiples acontecimientos vitales y emociones que desafían sus capacidades de adaptación. Incluso en la supervivencia, las personas afectadas han de afrontar las secuelas permanentes de los tratamientos, temores e incertidumbre ante posibles recaídas, así como alteraciones en su estado emocional, imagen corporal, sexualidad, relación de pareja, y cambios en sus hábitos de salud y en su actividad laboral y social.
- Atención psicológica a lo largo del proceso oncológico.
- Mejorar el afrontamiento a las revisiones y por tanto manejar el miedo a las recaídas.
- Estimulación cognitiva / Chemobrain:
- Intervención en duelo.
- Formación al personal sanitario oncológico.
Terapia individual, de pareja y/o familiar.
Se trata de acompañar a la persona en el tránsito de la enfermedad promoviendo la adaptación al diagnóstico, a la enfermedad, a los tratamientos y a las secuelas. Así como trabajar la construcción de una vida con la enfermedad.
Cada revisión supone revivir miedos y preocupaciones que hacen que se activen pensamientos catastróficos y que las personas lo pasen mal. El manejo de estas situaciones nos llevará a llegar a la situación con menor ansiedad, como también aprender que es parte del proceso.
En ocasiones los tratamientos como la quimioterapia pueden producir pérdida de memoria por lo que en este taller realizaremos actividades orientados a ejercitarla y mejorar las conexiones neuronales que permitirán recuperar tu función de codificar, almacenar y recuperar la información. Aunque también pueden influir otros factores como la terapia hormonal, la radiación, la cirugía, el malestar emocional, el envejecimiento, la fatiga, las alteraciones del sueño o la menopausia.
Podemos encontrarnos en esta situación bien porque ya hemos perdido a nuestro ser querido, bien porque sabemos que va a suceder. La pérdida supone sentir un cúmulo de emociones que en ocasiones nos desbordan y nos dificultan tomar decisiones en determinados momentos que no se pueden posponer. No hemos aprendido a dejar ir, ni a irnos, fundamental para sobrellevar un duelo adaptativo.
El personal sanitario además de profesional tiene su parte personal, y en ocasiones es complicado separar ambas. Esto hace que sea necesario de un espacio de respiro emocional en el que se sientan cómodos, apoyados y entendidos y puedan aprender a soltar para poder seguir con su profesión.
Además, en muchas ocasiones el mismo personal valora que necesita adquirir mayores habilidades de comunicación. El dar un diagnóstico, un mal pronóstico, una recaída… no son tareas fáciles que pueden mejorarse con técnicas comunicativas y con un reciclaje continuo.